martes, 23 de junio de 2009

La protesta de tamberos la pagarán las vacas

2009-06-22 - La Asamblea Nacional Lechera anunció el estado de "alerta y movilización" y decidió que el jueves próximo manden miles de vacas lecheras a faena. Muchos productores se reunieron en San Francisco.
La Asamblea Nacional lechera decidió realizar el próximo jueves 25 la jornada denominada "Blanco y Negro", ya que enviarán a Liniers y a otros mercados de concentración vacuna, miles de vacas lecheras para ser faenadas. La medida es una de las protestas que decidieron los tamberos, en San Francisco, Córdoba, donde entraron en estado de asamblea y movilización.
En un estado de "creciente preocupación" porque "cierran tres tambos por día", como explicó el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, los productores lecheros decidieron protestar antes de las elecciones. Ese mismo día también harán docencia para explicar la diferencia del precio que reciben por el litro de leche cruda y la venta en las góndolas.
El productor cobra alrededor de 75 y 85 centavos y la leche se vende en los supermercados a casi tres pesos. Mientras que se apostarán frente a los supermercados después del 29 de junio porque tal vez regalen leche en sachet y no quieren provocar tumultos preelectoralees, dijeron los presentes.
Buzzi propuso que luego del 28 de junio se avance sobre las "usinas lácteas", porque consideró que la industria "se queda con la renta de toda la comercialización". En la protesta, las vacas lecheras serán vendidas para faena y buscarán demostrar que el valor de la leche está sobrevaluado en los puntos de venta y recordar que el productor tiene un costo que no baja de un peso por litro.
Así lo advirtieron distintos referentes del sector lechero, como Emiliano Amondarain, presidente de la Unión General de Tamberos.Otro de los temas que se persigue en el masivo encuentro es la "unidad" de los integrantes de la actividad, sostuvo Amondarain.La Serenísima, la próxima en la lista
Las lácteas fueron unas de las más observadas. Una de las grandes, Sancor, terminó abortando una venta a un grupo privado para caer en brazos de un salvataje venezolano. La otra, La Serenísima, negocia con otro grupo francés. Hay muchas diferencias entre ambas, pero una gran similitud en lo que les pasa: las dos son víctimas de las erráticas políticas que el Gobierno aplicó al sector.

Fuente: La Nación

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